El colgao ese que mató a 80 personas en Noruega decía hoy ante el juez que lo suyo era una llamada de alerta ante los peligros que suponían el marxismo, la inmigración y y el avance de la religión mulsulmana. Y para protestar por ello, arma la de Dios colgándose a sus espaldas casi un centenar de infelices que pasaron por delante de él.
La locura y la incoherencia suelen ir cogidas de la mano. Si lo que prentedía era alertar a su país sobre el peligro de rojos e islamistas, podría haber empezado por coger un vuelo a Teherán y montarla allí. Hubiera sido un loco igualmente, pero al menos un loco un poco más coherente. En todo caso, yo creo que lo que ha conseguido este imbécil, es provocar seguramente una ola de solidaridad con los aspectos multiculturales más enfatizados y novedosos de ese país. Es decir, todo lo contrario de lo que pretendía.
Entre los aguijones mentores que le han llevado a hacer semejante locura, está como no nuestro afable presidente José Luis. Que al parecer es visto por las alturas norteñas europeas(perturbadas o no) como un responsable de que el islamismo radical ponga su semillita con una libertad plausible. Parece ser que España, su ubicación, sigue siendo la puerta de entrada para todo lo no deseable.
Que eso sea verdad - que lo es en la medida de que por gobernante también tenemos otro iluminado- no justifica en ningún modo la salvajada que este perturbado se ha marcado en tierras salmoneras.
21 años se va a pasar en la cárcel este imbécil, porque en Noruega existe una ley también permisiva o comprensiva con las malas acciones humanas. Claro que Noruega registró solo treinta muertes violentas el año pasado con cinco millones de habitantes, y por eso tampoco le urge históricamente revisar su código penal.
21 años por 100 muertos,no está nada mal.Haciendo una división asi por encima sale a unos 2.5 meses por muerto.Y todo esto contando con la manutención que le van a pagar los noruegos en la cárcel.Vale menos una vida humana que robar una manzana.
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