Aznar y sus consejos

Decia Aznar en León el otro día que hay que hacer una profunda revisión del estado autonómico. Concretamente "ponerle el cascabel al gato", que vayan ustedes a saber qué coño significa eso. El caso es que Aznar no metió mano en su día al asunto, cuando hablaba catalán en la intimidad o se llevaba de lujo con Arzalluz. De aquella el sustento de un gobierno dependía de lo de siempre. Y ahora Rajoy, pasa olimpicamente de lo que diga Aznar, como de todo, pues sabe que su llegada a la moncloa igual está condicionada por el sustento de unos pocos. Nunca se sabe. El caso es que la habitual ambigüedad de Rajoy se centra única y exclusivamente en "poner un techo" al gasto autonómico. Que en si no es más que la confirmación del diferente grado autonómico que padecemos. Ponerle un techo no significa que Cataluña o Euskadi se vayan a reprimir en sus gastos, sino que sus gastos seguirán siendo los mismos en función de sus partidas presupuestarias, que basicamente, seguirán siendo las mismas por ese condicionante de gobernabilidad tan implantado a nivel central y regional. A ellos se les pondrá un gasto en función de su importancia a la hora de sustentar un gobierno estatal y a las demás se les impondrá el ajuste necesario y mayor, que por supuesto, siempre será tan asimetrico como marginal.

Nada se dice o se deja caer sobre la reforma de la ley electoral, que para mi, es el principal problema autonómico.Y del que se desprende todo lo demás. Mientras no se toque eso(que no se tocará), lo demás son palabras.Y de eso nada se dice porque quien lo tiene que decir es Rajoy, evidentemente.

En el caso de Aznar por lo tanto sus consejos se los puede meter por el culo. No lo digo yo. Lo dice Rajoy. Un hidalgo gallego que camina en la sombra, dejando cadáveres de importancia, ignorando todo lo que se salga de sus apreciaciones interiores y no expresables.El gran error de Aznar también está por encima del propio Aznar. Un pedestal, vamos.