miércoles, 19 de enero de 2011

Fumando espero

Esta mañana entré a tomarme un café y un pincho a una cafeteria que hasta la fecha y a esas horas, siempre estaba hasta los huevos de gente. Llevaba varios días sin pasarme por allí. En esta ocasión me encontré el local medio vacio, con apenas seis personas sentadas en la barra y todas leyendo tranquilamente diferentes periódicos. Con el dueño tengo más o menos amistad. Tras felicitarnos el año(un poco tarde), le pedí la consumición y no me resisti el preguntarle si la poca gente que había allí era por el hecho de la prohibición de fumar. Se lo pregunté mientras él preparaba el café(café cojonudo, por cierto). Asintió efectivamente con la cabeza y con cierta resignación. Y tras volcar la leche sobre el café me dijo algo así como "es lo que toca ahora".

La verdad es que para ellos, los hosteleros, es una putada, pero no puedo ocultar mi satisfacción por lo comodamente que se está en el recinto. Fuera de humos, de gentes que meten los codos e incomodidades en general.

Por eso no hay mal que por bien no venga. Estoy seguro que los que han perdido con los fumadores que son incapaces de estar media hora sin fumar, lo ganarán con aquellos no fumadores que ahora disfrutaran del placer de tomarse un pincho y de leerse el Marca, y que estoy seguro irán compensando la pérdida de clientes "fumadores".

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