Me sorprende, me cabrea y me revienta que estando la política nacional condicionada por los votos de la minorias nacionalistas. Cuando ni el propio lider de la oposición -presumible futuro presidente por accidente- se atreve a desafiar o cuestionar la implantación del estado autonómico. Cuando nadie se atreve a acometer reformas en la ley electoral, dando por bueno el seguir tolerando los condicionantes catalanes y vascos para la política nacional. Cuando regiones como Andalucia o Valencia, buscan reformar sus estatutos de autonomía para dotarles de mayores competencias amparándose en supuestos privilegios históricos... Cuando todo eso ocurre y lo vemos o lo padecemos todos los días aquellas comunidades con menos capacidad competencial y con más dificultades de imponer cierto peso,o lo asumimos con esa resignación de impotencia,...Resulta que cuando eso pasa, porque al señor Francisco Álvarez Cascos se le ocurre mentar ciertos principios o realidades regionalistas llevadas desde el conocimiento histórico, olvidado y pisoteado por la realidad política de hasta ahora... resulta que al resto de España les parecen inadmisibles, provocadoras y ofensivas tales posiciones, tachándolas de separatistas o nacionalistas.
Que alguien, llámese Federico Jimenez Losantos, Antonio Jimenez, Pedro J, Miguel Angel Águilar, Javier Nart se atrevan siquiera a preguntarle a Cascos sobre si su dicurso es nacionalista, me parece tan sumamente despreciable e ignorante que me da igual quien lo diga, porque la respuesta será la misma. Cascos quiere colocar a Asturias en el mismo camino que las demás. Aquellas otras regiones para las que no existen tantos reparos si un candidato explora las tripas regionalistas. Pero claro, como Asturies solo pintaba como canción de los borrachos o como paridora de cualquier imbécil deportivo, que ahora pretenda hacerse un hueco a nivel político y autonómico es una ofensa inadmisible. O al menos criticable.
Jamas, pero jamás, la política asturiana estuvo en el debate nacional. Pocas veces interesaron candidatos ni trifulcas políticas regionales. Nunca Asturias estuvo en boca de ningún experto de esos políticos que rotan por las tertulias televisivas, salvo estos días.Nunca el PP regional trabajó tanto para intentar librarse de esa imagen de apesebrados y holgazanes remoras del sistema electoral. Nunca tanto, salvo ahora. Y para bien y para mal, en lo que toque, una personalidad como Cascos ha conseguido eso. Ha conseguido invocar un espiritu de debate, de rebeldía, de trabajo y de ponerle las pilas a todo el mundo. Y se apoyó pimero en sus hechos cuando era ministro. Único ministro asturiano de gobiernos nacionales empeñado en hacer prosperar la región. Aunque aquel intento topase y de frente con los obstaculos de los empeñados en lo contrario. Y ahora viene con esa carta de presentación y con un discurso cogido de la lectura, de la asimilación de ilustres asturianos que fueron participes de nuestra propia historia y también de la historia de España. Y para el madrileño, el catalán, el andaluz o el castellano, ante el desconocimiento de lo que Asturias es y representaba hasta ahora, todo eso es una suma nacionalista a la que no "comprender" como sin embargo se comprenden otras.
Que Javier Arenas(PP) critique el discurso político de Cascos, es de chiste. El mismo Javier Arenas que ha apoyado una reforma del estatuto andaluz que poco tiene que perder con respecto al catalán.
Y es que como hay que jugar en esa liga de asimetrias, otro competidor, no será nunca bien recibido. Si somos menos a repartir, mejor que mejor.
CASCOS PRESIDENTE. Más que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario