jueves, 22 de diciembre de 2011

El amanecer de los necios

Varios asuntos me ocupan a estas horas, antes de postrar mis carnes en el dormitorio. El primero de ellos es hacer un breve comentario futbolistico centrado en la repulsión que me produce el Atlético de Madrid. Un burdel que año tras año despacha entrenadores como caramelos, entre la falsa seña de identidad de ser el modesto de los grandes. Hecho éste que me repatea el coxis.

Es de esos equipo que a medida que uno va acumulando experiencia detesta. Equipo siempre envuelto en peleas, incapaz de soportarse a sí mismo. Nada es del todo bueno y todo es objeto de algún reproche.Destroza quinielas declarado. En su día, no hace mucho, cesaron a un entrenador por ir quintos. Meses después despacharon a otro por no caer bien a la afición. En definitiva, es imposible entrenar al Atlético de Madrid. Tan imposible como conveniente verle el segunda división por los siglos de los siglos.

El modesto equipo de los grandes, con una sufrida afición obrera pero llena de pijos, que gastan millones de euros en fichajes de mercenarios a los que solo pisar el calderón les produce apatía. Y en ese globo de opinión y trabajo, el Atlético acaba siempre en una nube de crisis.En definitiva, no puedo negar que no les soporto.

Cambiando de tercio tenemos a Gallardón de ministro de justicia. Colocado por Rajoy para evadirse de asuntos trascendentales y recientes de corrupción de Estado en el saber nacional. El faisán y el 11m parecen ser  incomodos asuntos en el  acobardado  rostro de Rajoy. Por tanto, que mejor que despachar las responsabilidaes con un infante de Prisa. Un experto en endeudar ayuntamientos, pelotero hasta las cejas, y wyomizado seguidor progre de la sexta. Verso suelto del PP, que respetará no levantar mierda.


Debemos ser de los pocos paises del globo, donde ser víctima de terrorismo y del estado, es algo incomodo para la clase política. Lo siento por ellas, por las víctimas, que no solo han padecido el drama familiar sino también la alta traición de quienes les representan politicamente. Rajoy y su cobardía no arriesgan lo más mínimo..

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