No voy a hablar de Cascos, que no cunda el pánico. Voy a hablar del progreso y me apetece meter una chapa descomunal. Veamos.
Es justo reconocer los derechos de autor. Es justo reconocer el trabajo de un artista, si este quiere ponerle precio al mismo. Es verdad decir que si la cultura sale gratis, esta tenderá a la mediocridad e incluso a la desaparición. De igual manera que un panadero cobra por vender el pan, de igual manera que un proveedor de internet nos cobra para poder navegar o de igual manera que una página de descargas exige a los banners publicitarios pagar por anunciarse. En este mundo todo Cristo cobra o todo Cristo vende algo y quiere cobrar por ello. Esa es una ley justa. Aunque lo que no es justo es que por el medio de una venta y una compra se cuelen intermediarios que encarezcan el producto y lo conviertan en una reliquia con importantes dosis de ladronismo.Ese es el problema. Me parece muy bien que Alejandro Sanz cobre por crear música. Lo que me parece mal es que Alejandro Sanz defienda al intermediario a modo de distribuidora musical que negocia, tercia y establece millonarios contratos con su persona, mientras eso se traduce en unos precios excesivos para el consumidor. Si Alejandro Sanz entendiera(que lo entiende) que él mismo puede ser el administrador de su propia producción, sin llenar los bolsillos de terceras personas, creando en una plataforma cultural de distribución libre como es internet, su propio chiringuito estableciendo precios directos por composiciones creadas, todo sería más justo. ¿ Para qué necesita Alejandro Sanz una distribuidora, sin que exista de por medio más lucro que el necesariamente justo??... obvia comentar las respuestas. Y eso es hablar de progreso. Un progreso del que esas terceras personas no quieren ni oir hablar precisamente porque la gallina de los huevos de oro agoniza en sus manos.
También existe progreso en el mundo del cine.Que tambien se queja del ladronismo del pirata. Los directores, los productores, las distribuidoras, los exhibidores, se quejan de que Internet les está asfixiando el negocio. Punto este discutible. Se quejan de que un medio que no pueden controlar, les está forzando la renovación. Y en esa renovación, tiran del progreso para hacer justo lo que ellos denuncian de otro modo. Me explico.
Odio Cinema Paradiso. Dicen que es una película enternecedora, un altar para el cinéfilo, una alegato a la figura bondadosa del proyeccionista. A mi me parece odiosa.
La figura del cabinista es una figura maltratada históricamente. Mal remunerada y pesimamente comprendida. Ni los propios exhibididores, ni las propias distribuidoras, ni los propios cineastas, respetan la figura del artesano. Del montador de fotogramas.Del ingeniero que hace realidad la luz cinematográfica. Del actor en la trastienda que vende el producto efectista y multimillonario de tantos ricos sin piedad. Por eso, porque ellos se sirven del progreso que niegan para otros, la figura del cabinista, del Cinema Paradiso que tanta ternura despierta a todos esos ignorante contempladores de cine, está tocada de una muerte tecnológica. A todos estos grandes predicadores de la cultura de cine, que son directores, productores,distribuidores y exhibidores, les ha dado por abaratar los costes de producción, ensamblar digitalmente sus artilugios mediocres, sus efectos, y proyectar a golpe de botón en un sala. Se les llena la boca con la tecnología 3D. Se les llena la boca mientras hay gente que vomita al ponerse esas gafas. Se les llenan los bolsillos ahorrando del XPAND, pionero examinador del 3D digital, pasando al Real-D, cutre imitación. Renunciando al 3D artesanal. Aquel IMAX de 70mm que lleva la mejor sensación cinéfila posible. Piensan ellos que entre lo fácil y barato que es producir, ensamblar y proyectar, llenarán los bolsillos a costa de las gentes que se colocan las gafas en un sala de cine, para hacerse una foto y colgar la pinta de garrulos que tienen en el facebook de los cojones. Y entre medias, el cabinista, el Cinema Paradiso de los cojones y de toda la vida, los proyectores en 35 mm con piezas de museo y de valor incalculble, ya son ninguneados, ya son abaratados, expulsados y despedidos por esa moda del 3D cutre. Del 3D que ni siquiera se acerca al auténtico 3D artesanal del IMAX.
El problema de todo ello, es que tras unos meses de practica constatada, y cuando los proyectores digitales son metidos a calzador, metiéndo los modelos más económicos, el resultado sale más caro que manteniendo los viejos proyectores en 35mm, artesanales sí, pero robustos, indestructibles y fieles a la proyección día tras día, hora tras hora, y siempre con la mejor cara y el mínimo problema. Tras unos meses de práctica constatada, toda esa experiencia cutre del 3D feisbukero, arrastra tras de sí un glosario de problemas técnicos interminable. El progreso de eliminar personal, ahorrar costes de producción y proyección, frotándose las manos con el imponente pero supercutre Real-D, acabará siendo la mayor cagada del universo.
Un proyector digital para cine de baja serie, cuesta 50.000 euros. Un proyector viejo en 35 mm tiene un valor material incalculable y sentimental ni cuento. El primero proyecta imágenes perfectas, sin granulado, en pantallas de fibra que reflejan la máxima luz. Sus lámparas cuestan 2000 € y durán 3 meses. Las palas de formatos se quedan colgadas cada dos por tres, y eso cuesta. Los servidores se cuelgan una vez por semana, y eso cuesta pagar al técnico.
El viejo proyector en 35 mm proyecta el granulado de la películas, viene a ser el vinilo frente al CD, salta cada vez que pasa un empalme, provocando ese lapsus entrañable cinemaparadisiaco de un segundo en la atención del espectador y las lámparas cuestan 1000 € durando un año. Cualqueir imbécil con dedos puede proyectar un aparato digital. Sólo un profesional de la técnica cinematográfica podía proyectar en 35mm.
El progreso negado en internet por las distribuidoras, sirve sin embargo para prescindir del cabinista. Ese progreso, se lo van a comer con patatas.
Por tanto, entre hacer negocio y exigir justicia, está la honradez de que uno mismo se compré en el corte inglés su propio CD, sin asustarse, o que cualquier director de mierda aprecie su obra en una sala digital, teniendo que vomitar en 3D o teniendo que pedir explicaciones porque el servidor de los cojones se ha colgado por enésima vez.
Bienvenidos al progreso.
Es curioso ellos se modernizan para ahorrar costes según lo que dices, pero no quieren que los demás nos modernicemos y quieren que sigamos pagando sus "asequibles" precios.
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ResponderEliminarSi se cuelgan los servidores es porque tienen gente ajena a la profesión metiendo mano ahí. Intrusismo de 'misCo'... Así va...
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