jueves, 2 de diciembre de 2010

Rajoy el pasivo

Me desespera. De no ser porque el otro, la herencia zapaterista ha hecho mucho daño a este santo país, es un tipo que se merece ir directamente a la cola del paro, de no ser por eso, Rajoy merecería ir detrás de ZP por exactamente los mismos motivos.

Estamos en una situación económica muy grave, con dudas incluso sobre si se plantearían los paises rescatadores un hipotético rescate de España, y lo lamentable es tener que padecer a dos remoras políticas del tallaje del puto ZP y el gallego Rajoy.

Del primero no diré nada más, porque obvia decirlo. Y del segundo, diré que representan la pasividad, la huida continua del compromiso, el esperar a que los acontecimientos hablen por si mismo. No se moja, no traspasa y es un tipo indoloro e insípido.

En Asturias está armada la que todos conocemos. Una tensa calma por elegir al ganador y un daño terribe al partido, propiciada por el escaso riesgo y la indecisión de Rajoy. No se atreve a pronunciarse ni se atreve a arriesgarse.

Si los elegidos son los de siempre,  el PP sufrirá la deserción y desilusión de muchos votantes y la más que posible debacle en las autonómicas. Si el elegido es Cascos, Rajoy tendrá que enfrentarse a una quiebra de la acomodada cúpula regional, servicial hasta la fecha y desterrada a la más absoluta inoperancia.

Cosa que se merecen sin lugar a dudas, pero no sé hasta que punto Rajoy "el pasivo", se atreverá a contemplar un panorama parecido.El riesgo no es lo suyo. Y esa corrección y apatía no presupone susto alguno.

Lo cierto es que Asturias conoce hoy un dato sobre el número de parados escalofriante, igual que el tiempo. Momento propicio para apostar por alguien con peso, capaz de traerse consigo un equipo económico de altura y de ofrecer buena gestión. Cascos traerá todo su equipo. Un equipo que él define como fundamental para cambiar las cosas en Asturias. No pretende conceder ni una sola concesión a lo que vivia y parasitaba en el Pp regional. Y por eso no pasa la actual rebelde cúpula regional, que hasta la fecha era una contemplativa e inmutada cúpula de vividores regionales.

La oferta está hecha y Rajoy tiene dudas. Sabe que su figura quiebra. Sabe que el riesgo no es lo suyo. Sabe que la unión Esperanza Aguirre- Francisco Álvarez Cascos le puede hacer sombra a su débil figura. Y por eso se debate entre barrer en Asturias electoralmente e internamente con el efecto Cascos, o verse sometido por la fuerza de otro animal político, bien aliado con Esperanza Aguirre.

Gran dilema rajoidista. Gran dilema de un mediocre que tampoco se merece llegar a la moncloa.

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