viernes, 12 de octubre de 2012

Lo imposible

El grupo Mediaset se ha esforzado mucho durante el último mes en promocionar la cinta de Bayona y conseguir recuperar a golpe de taquilla lo invertido en la misma. Han sido 30 millones de euros que seguro se amortizarán enseguida lejos del fiasco que supuso aquel Ágora de Amenábar, que resultó aún más cara.

Nos dicen que la historia es real y por eso es lo imposible. Porque si no nos avisan de tal circunstancia y nos colocan la foto de la familia protagonista al final de la película diríamos aquello de que la fantasía animada del subproducto multiefectista americano también se puede hacer en ESpaña. Lo cual es digno de aplauso. Pero la supuesta realidad de la historia consigue por tanto cubrir la película de un asombro generalizado. Y es que a veces parece ser que la vida se cubre de gloria castigando a ciertas gentes y en otras ocasiones, sin embargo, otorga segundas oportunidades complicadas de imaginar. O imposibles.

Varios detalles inconsistentes de la misma. Cuando se intenta hacer una película lacrimógena, se tiene que complementar con una banda sonora muy digna. Y la banda sonora se queda a medias. Una buena banda sonora ya de por sí produce la lágrima con poco esfuerzo. No llama pues la atención y eso es lo peor que le puede pasar.

Se queda a medias también la descripción de un supuesto caos en un país sin preparación sanitaria para cubrir tal magnitud catastrófica. Y se queda a medias la escenificación de la desesperación de un padre buscando a su mujer e hijo. Seguramente Ewan MacGregor tenga algo que ver en tal artificialidad.

Detalles consistentes son la puesta en escena de los efectos que son bastante buenos. Diría incluso que muy reales presentando lo que sería una tragedia de ese tipo.Y de aplaudir es que un director español haya americanizado tan positivamente una historia que comercialmente va a funcionar en España y en Estados Unidos.

Ojalá estos brotes de rebeldia dentro del cine español, que cada vez se alejan más de los manidos temas de siempre, se consoliden definitivamente para hacer del cine patrio un exponente de entretenimiento y no de aburrimiento sectario. Buen camino.

La película no pasará, en mi opinión, a los anales de la búsqueda por realizar excelencia cinematográfica. Aunque lo pretenda. Se queda un poco a medio camino de todo, lo que la hace ser normalita fuera de su contexto de historia real o basada en hecho reales. Eso sí, es un metraje que firmaría Hollywood sobre una visión un tanto comercial de una tragedia pero que al final acaba convenciendo con el envoltorio de haber sido tan imposible como real. O eso dicen.

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