No jugó mal el Madrid ayer, aunque tampoco se le quita el miedo de enfrentarse al Barça. Ayer esperaba algo más de un equipo plagado de millonarios fichajes, evolucionado en el trauma de sucumbir al Barcelona. Esperaba por ejemplo un planteamiento más atrevido, más por labor de tocar el balón. El Madrid de Mou tiene claro que al Barça se le gana con mucha presión y con transiciones ofensivas verticales y rápidas. Por lo visto ayer, han mejorado en la presión. En ahogar la posesión de balón del Barça mientras el físico aguante. Pero siguen pecando de exceso de precipitación a la hora de elaborar las respuestas ofensivas. Ver sacar a Casillas en largo, al patadón, me produce tanta vergüenza que si fuera aficionado del Madrid entregaría el carné de abonado.
Que lo haga el Sporting se asume. Que lo haga el Madrid de Cristiano Ronaldo, Casillas y Ozil, es realmente calamitoso. Una rendición absoluta del planteamiento del equipo más laureado.
El Madrid va poco a poco aprendiendo a jugar contra el Barça. Aunque está aprendiendo desde el miedo, y cuando el miedo se transforma en golpes certeros de Villa o Messi, aparece la precipitación de un equipo que seguramente con más sosiego y elaboración, podría ya devolvérsela al Barcelona. Ayer fue lo que les faltó. Defensivamente ahogaron al Barça con una presión sobre el balón conseguida, pero ofensivamente pecaron de ansiedad y de renuncia a la elaboración. El Madri tiene jugadores para discutirle el toque al Barça si la presión defensiva es coherente. Que ayer lo fue.
Pero el miedo les hace precipitarse. Y el Barcelona sigue columpiandose en el mismo, aunque juegue mal, como fue el día de ayer.
Veremos el Miércoles.
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