Habla poco, es acomplejado, huye de las polémicas y el riesgo y encima tiene la suficiente prepotencia como para despreciar el voto de quien le lleva la contraria. Estoy hablando de Rajoy y esa manía de menospreciar o despreciar todo lo que no sea la doctrina de partido que tanto él como la Cospedal manejan a su antojo. Hace unos meses despreció la voluntad mayoritaria de los votantes de centro-derecha ignorando la candidatura de Cascos, en favor de "la ocurrencia" de Espinosa. Aquel desprecio provocó la rebeldía del ex ministro, la formación de un nuevo partido y más de 10000 militantes en cuatro meses. Hoy Rajoy se ha dado un baño de multitudes en el Calatrava. El típico mitin a toda pastilla y volumen con milenta de autobuses llegados de Asturias y de fuera. Dicen que más de 2000 personas. Muy bonito.
El caso es que Rajoy ha vuelto a despreciar el voto de aquellos que no le voten. Y en especial de aquellos de centro-derecha, tirando ese voto a la papelera. Voto inservible, voto inútil o voto sin valor. Seguidamente fue Gabino a decir aquello de que "solo caben dos opciones", votar al PP o votar al Psoe. Es decir que si no se vota al PP, es mejor votar al Psoe, según el alcalde de Oviedo. Él sabrá por qué lo dice y que cada uno saque sus conclusiones. Cuando menos sospechoso sí que es.
LAMENTABLE.
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