Es el segundo partido que le veo en toda la temporada al Oviedo. El primero fue contra el Irun, en navidades. Aquel partido el Oviedo me dejço buenas sensaciones, con un Miguel inconmensurable, que se acercaba bastante al Miguel que me llegó a gustar cuando jugaba en el Sporting. Aquel Oviedo me pareció dispuesto para pelear por el ascenso y empezar la escalada de posiciones.
Hoy he visto otra vez al Oviedo, contra el filial rojiblanco. Solo he visto los primeros 45 minutos, pero me he dado cuenta de una cosa, que quizás no gusté a la parroquía oviedista. Lo digo desde el respeto que le tengo al Oviedo por ser más que nada el equipo de mi ciudad y porque tampoco entiendo ni comparto ese odio absurdo y troglodita entre ambas aficiones y ciudades. Y con tal respeto digo que me pareció lamentable y digna de rescisiones masivas de contratos la actitud de esos jugadores que llevaban la camiseta del Oviedo.
Jugar contra el Sporting B puede que sea una deshonra para un equipo como el Oviedo. Para ciertos jugadores que vienen de cosas mayores también(tremendas las palabras de Iván Ania, dignas de escorrerlo a gorrazos, como si vinieran de jugar la champions...)Pero perder, y perder contra chavales de 19 años, es mayor deshonra. Y comparar la lucha, las ganas, y la convicción de unos y otros es definitivo. El filial rojiblanco es un filial de nivel bajo. El Sporting no tiene dinero para más. Salvando cuatro jugadores(Mendi, Juan Muñiz, Sergio y Guiller) con verdaderas opciones de llegar a Primera, el resto son carne de Segunda B o Tercera el resto de su carrera. Pero hoy salieron motivados, tanto como para humillar al Oviedo durante los primeros 15 minutos. ¿Como es posible que un filial, del Sporting, del equipo rival de toda la vida, sea capaz de crearte cuatro o cinco ocasiones de gol nada más empezar el partido?... ¿Como es posible?... ¿Lo hubieran permitido jugadores de la cantera o nacidos en Oviedo?... eso debería pensarlo tanto la afición como los responsables técnicos del Oviedo.
El camino de regreso es y será largo por lo visto. Hace dos años aluciné cuando un diario, LNE paras er más exactos, comparaba la trayectoria del Oviedo en Tercera con la del Barcelona de Guardiola. Aquello me dejó sin habla, frotándome los ojos durante dias. Al año siguiente, el Sporting B ganaba al Oviedo en el Molinón y en Segunda B, jugando como motos, mientras Curro trotaba por el césped del Molinón. Hoy Curro no estaba, pero tal parecía que las cosas no se entienden ni se comprenden, pues era la misma imagen y estampa. Con el nombre no se asciende. Que se lo digan al Sporting y sus diez años en segunda. Hace falta humildad, huevos, garra, entrega y una planificación muy certera. Hoy no he visto nada de eso. Quizás lo que vi en Irún fue un espejismo.
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