Cuando se cargaron a Preciado, supe que el Sporting iba a bajar. El mito Preciado tuvo grandes errores de planteamientos, de elección de jugadores y de planificaciones conjuntas con las directivas de plantillas hechas con lo mínimo. Pero Preciado tenía también algo que el Sporting no va a encontrar en mucho tiempo. Y es una capacidad extraordinaria de motivación y superación deportiva. Con estos mimbres tan justitos, esa superación es imprescindible para mantenerse a flote. Y si Preciado no mantiene a este Sporting no lo hará nadie.
Total que el conjunto gijonés depende de un milagro más grande que el de Lourdes para no acabar con sus huesos en segunda. Y los jugadores tampoco parecen acreedores de la fe suficiente en el intento, lo que reduce aún más las posiblidades.
Habrá por tanto que hacer balance y critica de lo que ha pasado para que el Sporting acabe de esta manera. Y eso se reduce a los dos últimos años donde se la planificación deportiva ha sido tan austera y confiada, como necia.
Se dejó marchar a Diego Castro. Jugador talisman, importante en el campo y en el vestuario. Que además aportaba el 50% de los goles del equipo. Su marcha se convirtió en un tira y afloja entre una directiva necia, confiada y prepotente, y un jugador que se autovaloró y pidió más renombre económico además del deportivo. La directiva cagó para él, y hoy todo el mundo llora su ausencia.
La pretemporada en materia de renovación de plantilla se han convertido en culebrones insufribles detrás de jugadores de mediopelo o mediocres perseguidos en equipos que descendian a Segunda B. Y los que valían en ese pulso, como Nino, ex jugador del Tenerife y actualmente en Osasuna(en puestos de Euroleague), se dejó de pujar por ellos a la mínima, acabando por traernos a maniquis vulgares que no han aportado absolutamente nada al equipo. Casos de Ayoze y Ricardo(a este último ni se le conoce la cara).
Otro caso parecido fue el de Armenteros. Loco por venirse al Sporting hasta que Emilio De Dios dejó todo en manos de la fortuna y acabó trayendose a un tal Trejo, compañero en el Rayo, que no es ni la sombra de lo que hubiera sido Armenteros.
Luego está el caso de Adrian Colunga, jugador que ya ha llegado tarde. Cuando todo el mundo en la cúpula deportiva y directiva se dió cuenta de que la confianza, el pasotismo, los errores, la soberbia y la austeridad practicada hasta entonces nos llevaban directamente al pozo de la segunda. Colunga es un gran jugador que junto con Diego Castro de compañero, hubieran sido suficientes para mantener la calidad arriba. Pero eso ya no es posible.
Los responsables son practicamente los mismos que llevaron al Sporting a la Segunda División. Vega Arango es una reliquia andante antigua y desfasada. Emilio de Dios, que ya no está, fue la mano ejecutora en la planificación deportiva nefasta de estos dos últimos años. Y por encima de todos ellos un tal José Fernández. Que sigue siendo el dueño del cotarro, que se apartó de las opiniones deportivas cuando este cayó en la segunda y que con el repris de la primera volvió a meter las narices para entorpecer.
Si a eso unimos la connivencia de Preciado en algunas decisiones de planificación deportiva y el despiste monumental de Clemente en los primeros partidos, el resultado es el que tenemos.
Adiós a la Primera División. Y ahora queda empezar a mentalizarse de cara a que el periplo por la segunda sea lo más corto posible(otros diez años en segunda este club economicamente no los aguanta).
Para ellos hay que liberarse de los pufos deportivos. Empezando por Vega Arando, José Fernández que desaparezca de este club de una vez por todas, y en materia deportiva largar a unos cuántos jugadores que simplemente no sirven. Casos de Ayoze, Ricardo, Trejo, Sangoy, Hernández, etc...
De los demás, Miguel De las Cuevas previsiblemente se irá (tiene talento para jugar al fútbol y no para el voleypatadón, que es a lo que juegan sus compañeros). Botía previsiblemente se irá (es un buen central aunque este año bajó su rendimiento)... y con el resto y ficahjes coherentes, conformar un equipo lo suficientemente competitivo para volver a primera.
Barral para la segunda división vale. Para primera no.
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