domingo, 15 de abril de 2012

Battleship: la traca definitiva

Es una pena que en Hollywood no asocien demasiado la tecnología de efectos a la calidad en el guión.

Casos ha habido, pocos pero algunos. Aunque la mayoría de películas sobre desastres naturales, hecatombes mundiales o invasiones extraterrestres, impresionan más por la infografía obra de auténticos genios que decepcionan sin embargo por lo estupidamente imbéciles que están argumentadas.

El caso de Battleship es uno de ellos. Soberbia exposición de efectos visuales que han debido de costar una pasta de las gansas, pero que sin embargo acaban siendo aplastados por la mediocridad de una tal Rhianna, casi co-protagonista, cantante ella, presuntamente guapa, y que sale de marine dura e impasible ante la amenaza alienígena dandole incluso de hostias a un bicho de dos metros. Un guaperas rebelde, la típica exaltación patriótica americana salvadora del mundo y una lamentable aparición de Liam Neeson, completan el penoso argumentario.

Sin embargo la película sí que tiene varios puntos a favor:

1. Se recuperan las formas extraterrestres vistosas. Por fin se dejan de presentarnos criaturas aliens de mil tentáculos tan dificiles de ver como asquerosas, lo cual es de agradecer.

2. Los efectos especiales ponen nuevamente el listón tan alto, que haber como cojones lo supera Emmerich en el siguiente subproducto que se le ocurra. Son simplemente geniales.

3. La rubia hija del almirante tiene unas tetas de cagarse.

4. La primera media hora de la película es una comedia americana. Humor del guapo torpe. El japonés que se cuela para gracia americana. La rubia enamoradiza que pide un burrito de pollo y aparece la polla de su vida...Y un sentido homenaje a los veteranos de guerra americanos que acaban incluso enfrentándose a bombazo limpio a la maquinaria extraterrestre. Eso me dejo perplejo.

P.D. Dicen que los cefalópodos son criaturas alienígenas.

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