1º) Sistema financiero: Recapitalización con fondos públicos de las entidades que lo necesiten (...).
2º) Reforma del sistema de convenios colectivos, para que dejen de ser obligatorios. Limitar el tipo de contratos de trabajo, pues todos serán indefinidos con una indemnización máxima de 20 días por año trabajado y un año completo de indemnización. Supresión de subvenciones de todas las administraciones públicas a Sindicatos y Asociaciones empresariales (...)
Esas son sólo una parte de las medidas estrella que un tal Alberto Recarte, que es una especie de gurú económico con varita mágica, tiene en la chistera para que España salga de la crisis. Hay muchas más,algunas eso sí interesantes, pero yo me quedo con estas.
La primera versa sobre la idea de que seamos los ciudadanos medios castigados por la crisis, los que sufrimos las rebajas de los sueldos, la subida de impuestos, el apretón del cinturón en definitiva, los que rescatemos a los mismos bancos que en cierto modo nos metieron en todo este tinglado con operaciones macroeconómicas de especulación, mediante un fondo de garantias público. Los mismos bancos con ejecutivos de alta gama que liquidaban sus intereses millonariamente despues de desastrosas gestiones, como es el caso de la CAM o la Caja de ahorros manchega. O Botin, que lejos del trauma del parado, de funcionarios a los que se les congela el sueldo, llora amargamente porque su Banco de Santander ingresó menos dinero del esperado.
A estos señores y aus magnificientes gestiones macroeconómicas, debemos nosotros mantenerlos con fondos sacados de nuestros "apretones" e impuestos. Fenomenal iniciativa y solución la del señor Recarte.
Y la segunda majestuosa solución es sobre los convenios colectivos. Tienen que dejar de ser de cumplimiento obligatorio, para que de esa manera una empresa por iniciativa del buen empresario se descuelgue facilmente del mismo, eche a la calle a la mitad de la empresa para quedarse con la otra mitad, que hará por supuesto el redoble de esfuerzos de hacer el trabajo suyo y el del resto de despedidos. De esta manera el negocio se mantendrá, sin presión sindical alguna para el buen empresario, que mantendrá ingresos reduciendo costes y sin la coña de los derechos colectivos. Es decir, que podemos rescatar las condiciones laborales de finales de siglo XIX y así salimos de la crisis cagando leches.
Y por supuesto, que los contratos sean indefinidos(ya lo son en su mayoría por intereses fiscales, aunque pocos pasan el periodo de prueba, lo que en sí y en muchos casos, supone un fraude) pero que el despido sea de 20 dias por años trabajado. Es decir,despido más barato con el fogueo de prometerle un indefinido al trabajador, que curiosamente tendrá la angustia de poder verse en la calle de la noche a la mañana por cuatro perres. Y en esa tesitura, haber quien es el guapo que se mete otra vez a comprar pisos y coches.
Estas son parte de las recetas Recarte. Eso sí, el tio lleva vendidos no se cuántos libros. Seguramente se acabó la crisis para él.
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