miércoles, 19 de octubre de 2011

Hasta los putos huevos del abaratamiento

La obsesión de la CEOE para los nuevos tiempos que vienen, es de sobra conocida. Abaratar el despido. Centran la receta de la recuperación del empleo única y exclusivamente en esta milonga deleznable. Milonga que ya he comentado cientos de veces, va precisamente en contra de la creación de empleo y si va directamente a que los grandes empresarios obtengan el mismo beneficio aligerando costes con despidos más baratos. Quizás algún emprendedor o pequeño empresario haría buena la redundancia, pero créanme que sería los mínimos.

Abaratar el despido traería consigo:

- Impedir que algunas macro empresas procedieran a ERES. Lo cual significa mantener la unidad de negocio pero no la creación de empleo.

- Retrasar hasta casi la esclavitud las condiciones laborales de los trabajadores. Que se verían forzados en muchos casos a tragar con condiciones laborales contrarias a las dictadas en los convenios o el estauto de los trabajadores con el miedo a ser despedidos por cuatro putos duros.

- Retraer el consumo. Que me expliquen a mi quien será el listo que con un despido por 20 dias generalizado y con menos de quince años en una empresa(la mayoría), se atreve a meterse en un piso, a comprar un coche o a contribuir activamente en el consumo.

- Despidos en las grandes empresas. Logicamente es una medida hecha a la medida de todos aquellos magnates que vean la posiblidad de aligerar plantilla, y que un mismo trabajo que hasta la fecha hacían dos personas de larga experiencia, lo haga uno, con el mismo sueldo, y peores condiciones laborales. Es decir, que la factura de la puta crisis, la van a pagar los de siempre. Los trabajadores y sus derechos laborales.

Si en lugar de insistir en dar carta blanca a la especulación empresarial que tanto daño le ha hecho a este país(eso, y el socialismo devastador... nunca hubo un término medio) se decidieran a eliminar el rosario de modalidades de contratos que se discriminan entre sí, elaborando un par de ellos funcionariales que de verdad den salida a la situación real de los cinco millones de parados, eliminando también los largos y costosos procesos burocráticos y fiscales para la creación de empresas. Si en lugar de centrarse obsesivamente en abaratar el despido, fijasen una reforma del marco laboral consensuada en los términos referidos arriba, seguramente estaríamos hablando de crear empleo.

Lo demás es volver a encorsetar el mercado laboral al interés de unos pocos, los grandes empresarios, que disfrutan con las dificultades del autónomo pequeño para sobrevivir mes a mes, y con los trabajadores que tendrán que renunciar a sus derechos, en beneficio de los de siempre.

Venga ya.

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