Grecia está al borde de la bancarrota. El elevado deficit, las penosas gestiones de despilfarros llevadas durante años preferentemente por políticos socialistas, pero también por la derecha, y un sistema financiero incontrolado, les han llevado a colocarse al borde de la más absoluta miseria económica. Bruselas les ha aplicado la fórmula o receta de siempre: que tanta incompetencia la paguen los de siempre, los griegos de a pie.
Van a cargarse un montón de empleos públicos, sangrar a los autonómos, flexibilizar como si fuera plástico el mercado laboral para poder liberar del lastre obrero a los empresarios que lo deseen y privatizar loteria y administraciones públicas de gestión. Y todo se culminará, con una subida bestial de los impuestos y una bajada de los salarios.
Los griegos, como es lógico, tomarán las calles. Puede que las medidas sean necesarias, pero habrá que preguntarse porqué cojones el pueblo tiene que pagar las costas de las incompentencias macroeconómicas. Algo aplicable también a nuestro querido país.
En otro orden de cosas, un informe afirma que el 43% de los catalanes aprobaría la independencia de Cataluña. Y lo que es más grave, un 20% no lo tiene claro. Porcentajes muy preocupantes que son el resultado de tantos años de flexibilidad con los nacionalistas, dejadez del innombrable gestor y premios continuos para sacar adelante las nefastas maniobras políticas que hemos padecido.
Cataluña y Euskadi, principalmente, están ya en un peligrosísima rampa de lanzamiento hacia una independencia me temo inevitable. Solo falta saber
cuantos años pasarán para que eso sea efectivo.
Los responsables, todos. Los que les han dado alas y los que con su silencio, su cobardía y su complejo han permitido sistemas electorales injustos y propicios.Quizás porque a ellos también les conviene ese tipo de sistemas electorales. Las cosas de partido, por encima de la lógica de un país al borde
de la desintegración.
A mi sinceramente, y a estas alturas, me importa una mierda.
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