martes, 12 de octubre de 2010

Comportamientos humanos

Hace unos dias murió un tio mio. Octogenario él que disfrutó mucho en vida y que era un buen hombre.

Mi prima estaba hundida. Lo realmente dificil de un día de tanatorio y de pesames, supongo que será superar ese dolor interno para intentar canalizar todas las condolencias que recibes de los demás. Para mi es una cosa que sinceramente me asusta. Supongo que cuando me llegue ese momento, conciéndome como me conozco, no seré capaz ni de aparentar la más mínima muestra de sobriedad. Algo que admiro de toda la gente que si es capaz de retorcerse de dolor en el interior, pero sacar la mejor de las caras para los demás en ese tipo de momentos.

El caso es que hablando con mi prima y consolándola con pocas palabras(supongo que vale más decir lo justo o nada en esos momentos), se acercó a ella una señora, que era una prima lejana de mi tio y de mi padre o algo así. Un servidor se hizo a un lado, observando el beso de rigor y las muestras de condolencias. De pronto la señora con sus santos cojones se arrancó a preguntarle sobre la dieta de peso que al parecer mi prima seguía. Mi prima, educada como ella sóla, intentaba explicarle lo que comía todos los dias y la combinación de proteinas, hidratos de carbono, azúcares y todas esas cosas típicas de una dieta, con una cara descompuesta y simplemente por no decirle a la señora que no lo que menos le apetecía en esos momentos era hablar de su impecable figura ni de dietas.

Pero la señora insistía en el tema como si en lugar de estar hablando con una chica que acaba de perder a su padre, estuviera tratando con la vecina del quinto. Observaba con cierta sorpresa la escena y asistía con perplejidad al progresivo cansancio y asqueo que el rostro hinchado de tanto llorar de mi prima, estaba adquiriendo. Ella aguantaba el tipo, la señora le comentaba sobre una dieta que había hecho su hija y yo impasible al espacio y al tiempo, inmovil y clavado en apenas medio metro cuadrado. Sin ver el momento de retirarme de allí y sin ver el momento o la forma de intentar llevarme a mi prima lejos de aquella puta pesada.

El caso es que mi prima saltó, y saltó con un decoro que yo, en las mismas circunstancias, sería incapaz de hacer. "Adelina, no me encuentro con mucho ánimo para dietas en estos momentos, dicúlpeme"... le agradezco que este aqui de verdad"... sin perder esa sonrisa marchitada y mirándome de reojo a mi, que hinché los papos, no sé muy bien porqué.

La mujer supongo que entendió el mensaje pues se retiró junto al grupito de loros que comentaban no se qué sobre la ropa de no sé quien.Que es es otra de las cosas habituales de los tanatorios y de los días de pésame. Toda esa gente hablando de todo, menos del difunto, mientras a pocos metros, la hija o el hijo está jodido de dolor.

El caso es que es dificil pensar que puede pasarle a una persona por la cabeza para no cortarse ni un pelo en esos momentos y preguntarle cualquier soberana estupidez a alguien que está pasando por un trance de ese tipo. Dificil de entender.

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