Me parto y me mondo, que diría el Luisma de Aída.
La Audiencia Provincial de Madrid ha estimado los recursos a la desesperada de la fiscalia Rubalcabiana, por la cual se reabre procedimientos por las presuntas injurias que Francisco álvarez Cascos hizo en su día descalificando a un grupo de policias y al comisario jefe judicial de Madrid, por el tema Gürtell.
Con la que está cayendo, con cinco millones de parados, una recesión de cojones y el ascenso meteórico de una formación política con mes y medio de vida, a la maquinaria Rubalcabiana no le queda otra que intentar pararle los pies a Cascos tirando del Gurtell. Pero no tirando de su implicación en la trama, no. Que pese a los intentos de meterle en el meollo, ya tuvieron que pedir no sólo disculpas, sino también estar pendientes de procedimientos judiciales que a su vez Cascos ha iniciado contra esos mismos policias y medios de comunicación por acusarle sin pruebas. Ante esa sucia embestida típica de los sucios procedimientos de los socialistas, expertos en guerras sucias, en chapuzas tipo GAL, en investigaciones dudosas sobre el 11m, chivatazos a ETA y demás cloacas de costumbrosa practica, le toca a Cascos tener que dar cuentas ante un juez por haber insultado a esta camarilla policial bien dirigida por un ex compañero de Garzón de cacerias y otros menesteres. El mismo Garzón, que era aquel juez estrella, que pese a huir a la Haya, tendrá que dar cuentas por tantos créditos y financiaciones de aparente prevaricación según estiman las instancias judiciales.
Total que como bien dice Cascos, todo esto obedece a la desesperación por la posiblidad de perder Asturias. Hay miedo, hay temor, y la maquinaria nacionalsocialista se ha puesto manos a la obra para pararle los pies a Cascos como sea.
Ladran, luego cabalgamos.
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