Yo no sé que debe de pasarle por la cabeza a alguien para coger y subirse en una cápsula a 39.000 metros de altura y desde ahí tirarse hasta alcanzar la velocidad del sonido.
Esté zumbado o no, le admiro. Una de las mejores sensaciones que deben existir es saltar al vacio. Primero asomar la cabeza, y luego despachar la podredumbre de sociedades que uno tiene que aguantar tirándote encima aunque por desgracia no para aplastarlas. Eso sería lo extraordinario.
El sueño de volar desde lo más alto y surcar el cielo lo ha hecho posible hoy un austriaco. Igual está loco.O igual le han pagado una pasta por hacerlo. Quién sabe.
Pero su locura es de las más cuerdas y sanas que conozco.
Hay que tenerlos bien puestos para hacer esto.Yo lo ví entero.
ResponderEliminar